El pilates, al igual que el yoga forma parte de las disciplinas antiguas donde el movimiento se encuentra con la sabiduría y con la intención. Los ejercicios de pilates abarcan el trabajo consciente del “core”. ¿Y qué es el core? Es toda la circunferencia del torso: el suelo pélvico, el transverso, el diafragma, los abdominales, la caja torácica, la espalda baja y los músculos intervertebrales. El pilates fortalece, estira y enseña a soltar la tensión que acumulamos inconscientemente en la barriga. La respiración es un elemento clave en cada sesión. Gracias a ella nuestro cuerpo tiene tiempo de entender lo que le pedimos.



Durante las sesiones usamos accesorios como bloques de yoga, pelotas blanditas o cintas para que la práctica sea más accesible y respetuosa con
las capacidades de cada persona.